1/6/09

Todo lo que algún día estuvo alto acaba por bajar


Nunca imaginé que me vería tanto por dentro y, lo que es aun peor, que me gustaría más en blanco y negro pseudo transparente que al natural. Tampoco imaginé que, como dicen los de Muchachada Nui, me vería las mameyas tan bien en una radiografía, ni que gracias a la plantilla milimetrada que lleva la susodicha en un lateral sería tan consciente de que la izquierda se me esta cayendo más que la derecha.

2 comentarios:

  1. Anónimo1/6/09 20:23

    Abrazo radiográfico

    Yo las proporciones las veo perfectas, vamos, con mucha hermosura, en un grado de la evolución donde se mantiene el estilo clásico de formas generosas.
    Pero lo maravilloso es el abrazo, el que sale de los hombros y las axilas y se pierde fuera de la radiografía; que se juntaría con el mio y nos apretaríamos todo lo que se ve; pulmones, corazón, diafragma, estomago, clavículas, mameyas etc. y lo que no se ve que sería el motivo de ese abrazo.
    Ánimo amiga, y cuando no lo haya, ya lo inventaremos.
    Lo dicho: un abrazo.

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  2. Creo adivinar quien eres, y se que tendremos muchos abrazos, como los que ya hemos tenido, sobretodo de corazón, en los que en silencio uno transmite millones de ilusiones y alegrias vividas.

    Gracias por este y por todos los abrazos.

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