29/5/09

Entre prueba y prueba


Ayer conseguí encontrar algo que me arrancó una gran sonrisa... Lamentablemente los mios no se han librado.

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Todo lo que me perderé


Es irónico darte cuenta que vas a perder algo que te hace único.

Toda una vida comiendo piruletas con la boca cerrada y pudiendo mover el palo a mis anchas sin tener que separar los dientes.

Toda una vida hablando como un ventrílocuo sin serlo, invirtiendo el uso de la técnica, yo muevo los labios pero no la mandíbula.

Toda una vida sacando la lengua entre mis dientes sin tener que cambiar el gesto de mi cara.

Toda una vida babeando la almohada por las noches y tragando mosquitos en verano.

Toda una vida sonriendo hasta cuando no quería... No se si el mundo me verá igual de feliz ahora que mis dientes no mantendrán un estado de animo perpetuo.

Toda una vida pensando que esto no era un problema físico sino un regalo por ser especial.

28/5/09

La coleccion de vicios e inseguridades

Esta semana me enfrento, más mal que bien, a comenzar a evacuar a empujones los vicios de mi cuerpo.

Dejar de fumar al borde del ataque de nervios es aun más complicado de lo que pensaba.
El lunes fui capaz de no fumar nada gracias a una resaca indeseada y galopante. Fue sencillo plantearme un día sin tabaco, sobretodo después de haberme fumado la noche anterior media tabacalera sin dudarlo.
El martes la cosa comenzó a torcerse. Después de una larga tarde de médicos y moldes la tensión iba en aumento. Como odio la dichosa pasta verde que sabe a rayos y truenos con la que hacen los moldes articulados. Tuve un instante de inesperada alegría con el tercer molde que me hicieron, el de cera. Fue curioso sentir por primera vez en mi vida como apretaba la parte delantera de la boca contra un tope que la sujetaba, los incisivos, los colmillos y los premolares sirven para algo. El doctor me pregunto que sentía, y me sorprendí a mi misma pensando en decir que cerrar la boca era más molesto de lo que esperaba. Me imagino que a todo se acostumbra uno, y yo me he acostumbrado a tener mi boca siempre bien aireada.
Después toco la lista de preoperatorios y el despliegue de citas para los próximos días: analíticas, radiografías, electros, más moldes para las piezas de metal, la cita con el cirujano para que me de los protocolos de operación, las pruebas de anestesia,... El estado de ansiedad crecía por segundos y finalmente estalle gracias a un cigarrillo entre mis labios, que si hubiese podido hubiera sido directamente en vena.
Ayer llego la buena noticia de manos de otro doctor, que con el cariño especial que se que me tiene, me informó de que la manera en la que pretendía dejar de fumar teniendo en cuenta el momento en el que me encontraba era una salvajada. El problema ya no es una crisis de ansiedad, dijo sonriendo, sino una vaso dilatadora que te puede acabar llevando a urgencias e incuso a que tengan que posponer tu operación, cosa que no puede ni llegar a plantearse mi cerebro. Que alegría y que alboroto cuando me dijo que no podía ser radical, sino gradual, y que si me concienciaba mejor, por preinscripción médica, me dejaba fumar, siempre y cuando cada semana fuera disminuyendo mi dosis a la mitad.

Total: unos diez cigarros diarios esta semana, unos cinco diarios la siguiente y unos dos la última.

La relajación mental es plena.

24/5/09

Nuestra fiel amiga y compañera

Tuvo que venir la muy cabrita, justo hoy, hoy que me coloco a un mes de la operación. No me hace falta ni hechar cuentas, dentro de 28 días estará de nuevo aquí, saludando con su indiscreta y desagradable cortesía, como siempre.

Como si no fuera suficiente la vergüenza de ser consciente de la imposibilidad de controlar todas las salidas de mi cuerpo, y sus consecuentes evacuaciones, durante las prolongadas horas de operación, ahora me toca sumar saber seguro que tengo que añadir la maravillosa amiga que toda mujer adora a lo largo de su vida, la fantástica y esperada dichosa regla.

Si estas inconsciente en una UVI ¿quien es el simpático amigo que controla que tu charco no desborde? Y lo que es aun peor ¿con qué cara le miras después sabiendo lo que ha hecho?

Nunca he sido especialmente escrupulosa en este sentido y ahora me sorprendo sonrojándome por adelantado cuando pienso en compartir algo tan intimo con gente de quien desconozco hasta el nombre.

23/5/09

Truenos y rayos

Ayer el cielo se iluminaba de ruidos incesantes. La lluvia constante y fuerte me jugó una mala noche, o tal vez, simplemente, fue mi cabeza.

No se porque, pero ayer por la noche no me sentía fuerte. Notaba como cada vez me hacía más pequeña, en una cama que acabó resultando kilométrica. Imagino que después del derroche mental de adrenalina de estos días tocaba un momento de incertidumbre y desanimo. Soñé cosas complicadas, tal vez por amontonamiento cerebral, tal vez porque hay que tener instantes malos para descubrir y disfrutar los buenos.
Me he despertado con un sentimiento de clama, casi eclesiástico, un tanto extraño en mi, atea afiliada casi desde mi estado embrionario. Sin embargo me ha gustado darme cuenta de que soy persona y que como tal me alegro, sufro, río y lloro.

Dormir está siendo lo más complicado. El momento de apretar el off de mi mente es más difícil de lo que creía, siempre hay algún pensamiento que ronda persistente mientras mis párpados están cerrados, en silencio.

22/5/09

Que tierna es la inocencia

El miércoles decidí compartir con mis niños de la radio, como les llamo yo, a medio camino entre madre y hermana mayor, que terminaríamos la temporada un día antes ya que el último programa deberíamos hacerlo el mismo día que me operan. Es un tanto difícil estar en dos sitios a la vez, pero aun más complicado compaginarlo con una anestesia general.
La reacción a la noticia fue rápida, espontánea y orgánica, como son ellos. Mientras contaba que era lo que me iban a hacer todos se tapaban la boca, sus caras se arrugaban por instantes, como si hubieran comido algo que no esperaban que fuera ácido.
Uno de ellos me dijo: Raquel, por lo que más quieras, no lo hagas. Me pareció tan tierno y conmobedor que no supe que contestar. Me gustaría poderle haber dicho: vale, no lo hago. Pero a veces la vida no nos deja elegir.
Me siento extraña y sorprendida, sobretodo emocionada de ver que hay tanta gente apoyándome, desde cerca o a lo lejos...como dice el anuncio: el ser humano es extraordinario.

Millones de gracias a todos por vuestro apoyo.

21/5/09

Todo lo que me pierdo

Hoy pienso en las comidas que crujen y en las ganas que tengo de tener esa sensación dentro de mi boca.
Cuando era pequeña sentía una envidia atroz cuando veía comer a mi prima Mercedes esos colines de pan finísimos a pequeños y rápidos mordisquitos. La miraba sentada frente a mi, devorando como un roedor de primera, como si tuviera cincuenta filas de dientes y dentro de su boca a toda una orquesta de percusión. Aunque por encima de todo odiaba los bocadillos de fiambre que todos mis amigos comían en las excursiones y que para mi eran una autentica odisea. Nunca he sido capaz de atrapar el fiambre a la vez que el pan. Las lonchas se me escapaban entre los dientes y tenía la sensación de que el dichoso bocadillo se burlaba de mi sacándome la lengua. Creo que por eso me convertí en la única persona del planeta que odia a muerte el jamón serrano.

Cuando me fui a vivir con un comedor de pipas profesional, de estos que se sientan frente al televisor con su bolsa de kilo y su ansia feroz ,
comencé a sentirme como un hamster viejo que solo era capaz de pelar la comida con la mano y tragársela como un pavo. Entonces comprendí que había ciertas cosas, pequeñas, tal vez insignificantes, que me estaba perdiendo, y aunque mi cerebro rellenara los vacíos imaginando los sabores que no ha probado, siempre tendré la duda de si acertaré con alguno.

20/5/09

Comienza la cuenta atrás

Desde ayer mi estado inconstante de bipolar cansina va en aumento. Mi cabeza es una explosión continua de sensaciones extremas de la inocente alegría a la máxima preocupación, no es por justificarme, pero creo que es normal.

Ya tengo fecha de operación. Después de casi dos años esperando esta noticia, después de imaginar millones de opciones en las que me enteraba de diferentes maneras, totalmente novelescas, me encontré con una voz que al otro lado del teléfono me daba la noticia mientras yo estaba de pie en la puerta del portal de casa de mi tía. Colgué mirando a mi alrededor, esperaba que alguien me felicitará por conseguir llegar hasta allí, un despliegue bollywood en el que cientos de bailarines con pañuelos de colores danzaban a mi alrededor mientras yo cantaba mis hazañas y dos fornidos hindúes me levantaban sin esfuerzo entre sus brazos. Pero en la calle no había nadie.

35 días y estaré entrado en un quirófano...solo tengo ganas de gritarlo, de olerlo, de chuparlo, de sentirlo...de vivirlo.