No contenta con la colección de dolencias que acompañan mi vida ultimamente mi oído ha decidido incluir una más en la lista. Llevo cuatro días enterrada en la cama por la peor borrachera que he tenido en mi vida y sin probar si quiera una gota de alcohol. Desde hace unos días padezco vértigo periférico, el nuevo compañero que ha decidido habitar mi cuerpo, convirtiendo la habitación en la que estoy en una espiral que da vueltas infinitas y trayendo la nausea, perpetua y reiterativa, a mi estómago. Resultado: cama, no alimentación, dolor de cabeza, tambaleo cerebral y arcadas.
Todo esto tiene un remedio curioso. Mi nueva doctora particular, la encantadora Sonia, una versión alta de Amelie con fonendoscopio, tras un exhaustivo análisis, me ha recetado Dogmatil "50", el medicamento con el prospecto más curioso y educativo que he leído nunca.
Se trata de todo un "antipsicótico", he de reconocer que es la primera vez en mi vida, aunque no lo creáis, que tengo que tomar algo precedido por este palabro, indicado para (y cito textualmente): cuadros psicopatológicos diversos (neurosis, depresión, somatizaciones neuróticas). Trastornos psicológicos funcionales. Síndromes psicosomáticos. Demencia seníl. Somatizaciones gastrointestinales. Vértigos.
¿Cómo se explica que yo con un vértigo de las afueras comparta medicación con una yaya que le habla a la pared, una mujer con la cabeza un tanto perdida y una postadolescente deprimida?
Aunque ahí no queda toda la chicha del prospecto. Hasta ahora la única vez que he leído un efecto secundario mortal en un prospecto ha sido en una caja de tampax, es verdad que pueden ser mortales debido al shock de "nomeacuerdodelnombre", pero como todas las mujeres estamos acostumbradas a usarlos, por lo menos yo, se nos olvida. Pero Dogmatil "50" tiene una colección de efectos adversos a dos columnas que quita el hipo, entre los que destacan en susto: parkinsonismo, imposibilidad de la persona de permanecer sentado, disquenia tardía (movimientos espasmódicos e involuntarios de la lengua y la cara), incremento del tamaño de las mamas en el hombre, disfunción orgásmica, secreción anormal de leche de las mamas fuera del período de embarazo. Si aun no has conseguido asustarte del todo y aun permaneces seguro y fiel a tu médico, decidido a tomar la medicación para que el dichoso vértigo abandone tu cuerpo y libere tu cabeza del malestar resaquero que te deja tieso a cada instante aun te queda otra línea de prospecto directa, discreta ella, a aniquilar tu seguridad, la complicación potencialmente mortal: el Síndrome Neuroléptico MALIGNO. ¿Cómo se le puede poner la palabra maligno, así sin más, a una enfermedad? ¿Quien la escribió, el malo de Austin Power cuando quería hacerle un regalo a su Miniyo?
En fin, pese a todo me he atrevido, en un ataque generoso de valentía, a tomar la medicación, y gracias a ella, o no, nunca podre saberlo con exactitud, voy estando un poco mejor. Hoy hasta me atrevo a escribir, despacio y entre espirales que retuercen las esquinas del ordenador.