14/8/09

Suben los calores, bajan los paseos.

El tiempo vuelve a echarme mal de ojo y de cerca. Los sudores acompañan a los mareos que suben y bajan del sol a la sombra y viceversa. La cabeza está más pesada y zumbona desde ayer, que deje de lado el Dogmatil, y aun busco la explicación para ser capaz de subir al Everest y cruzar a nado el Canal de Suez cuando tomaba la medicación, y de no llegar apenas a la esquina de la manzana, renqueando y arrastrando la pata ahora que ya no la tomo. Creo que acabo de descubrir que el Dogmatil es el perfecto sustituto de la combinación de anfeta y cafeína sin fronteras (que no se me ofenda el gremio que todo acaba siendo producto de la imaginación de una enferma desesperada por recuperar la normalidad)

Mañana por fin sola, bueno casi, sola por las tardes, para recuperar el caminar despacio pero en silencio, siendo consciente de que todos los que lo hacen a mi alrededor se llevan un extra de puntos con posibilidad de bonus si me empujan o al menos si lo intentan. Andar por la calle jugando al videojuego de supervivencia de tornillogirl me hace aun más friky de lo que de por sí suelo ser.

He de reconocer, y lo digo bajito y medio escondida, que echaré de menos a la madre con sus ¿qué tal estas? cada cinco minutos, su persecución constante termómetro a cuestas, y su obsesión por preguntar a que se debe cada una de mis dolencias como si ya hubiese obtenido el título con MIR en maxilofacial y derivados.
Madre te extrañaré pero que agusto estaré mientras lo hago.

1 comentario:

  1. Bueno, siempre la tendrás ahí cuando la necesites y ya sabes, si un día necesitas mimos, échale cuento al asunto jejeje.

    Un saludo y ánimo que el calor pasará pronto (esperemos)

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