6/7/09

A ratos

Me comunico poco porque mi vida estos últimos días ha sido a ratos, o a ratitos, dependiendo de las horas del día. Tan pronto estoy decidida a cruzar el Nilo a nado y el mundo a pata, como que tres segundos después tengo que sentarme corriendo porque la cabeza me pesa y el mundo me marea.

En general tengo ciertos problemas para comer, no por falta de hambre, que de esa tengo mucha, demasiada si me apuras, sino por problemas de estomago, que el muy delicado ahora no está demasiado conforme con nada. Así que todo lo que baja tiende a subir. La forma de subida es variable, pero la elegida en dicho momento se transforma en reiterativa, ya sea arcada, gas, nausea... Teniendo en cuenta que tengo un cuerpo con un saque capaz de vencer a todo un equipo de sumo al completo, el mantenerme a base de zumitos y licuados varios y variados, a sorbitos de pajita o a jeringuillas de diez no me aporta demasiada energía como para nada. El simple hecho de levantarme de la cama y darme una ducha ya empieza a ser una marathon de 50 kilómetros con cuestas.

Las visitas a los médicos también se han sucedido estos días. Al quirófano para quitarme los fiadores, los alambres que sujetaban todo en su sitio, y de carrerilla al día siguiente a que me arreglaran las gomas, que se habían saltado tres brackets y en tres segundos tenía la mandíbula en la oreja. Es curioso como mi pobre boca no es capaz de encontrar donde tiene que cerrar. Me pierdo y me agobio en ese sentido con facilidad. El ruido también es bastante incomodo. No me acostumbro a que los dientes chirríen, reíros vosotros que estáis acostumbrados, pero cuando llevas 27 años cerrando solo 3 dientes, nunca has experimentado que los dientes son capaces de hacer ruidos, que a estas alturas me resultan tremendamente incómodos, como cuando alguien rasca con un tenedor un plato o araña una pizarra con las uñas.

He de añadir el cansancio mental que me acompaña. Estoy acostumbrada a estar sola, a mi aire, a mi ritmo y, de repente, sin tener mucho tiempo para procesarlo, estoy viviendo otra vez con mi madre, cosa que hace ocho años que no hacía, y durmiendo todas las noches con mi novio, cosa que no hacía desde hace dos años.

Me sorprendo a ratos pensando en comprarme una túnica y hacerme budista, muy lejos de aquí, reina del silencio más absoluto en búsqueda de mi paz interior.

7 comentarios:

  1. Anónimo6/7/09 22:00

    te quieres venir a la India?

    Ahi, que no puedes ;-)

    Quñejate, pero esto va de maravilla, que si que es duro, pero va de maravilla...

    ResponderEliminar
  2. A la India me iba encantada Jesus, y de paso me quedaba alli, de paseo con mi túnica burdeos entre los sonrientes monjes, pero no puedo...no puedo ni si quiera coger el metro como para subirme a un avión. Las dichosas placas de titanio y sus respectivos tornillos se tienen que asentar.

    Marta millones de gracias por todo, no se que hubiese sido de mi sin mi fiel compañera. Gracias por ayudarme desde el primer dia, por ponermelo facil, por contarme adelantos y por callarte los sustos. Ya te llevaba en el alma, pero ahora ya eres parte absolutamente imprescindible de ella. Te quiero, desde hace mucho y como siempre, puede que más y todo, y además sé que me quieres que me lo prometiste cuando era pequeña sentadas las dos en la taza del water de la casa de la yaya. Besos nocturnos

    ResponderEliminar
  3. EL otro dia me preguntaste que tres deseo pediria al genio te dije dos,el otro eras tu y mira deseo concedido,en mi alma estas desde que nacistes y como tengo un alma muy pequeño no sois muchos para campartir. te amodoroquiero

    ResponderEliminar
  4. anomo nena! el mundo esta ganando un edredón maravilloso!

    ResponderEliminar
  5. animo queria decir... es que no se editar el post...hahahaha

    ResponderEliminar
  6. Anónimo7/7/09 17:43

    y un montón de broches, de camaras, postales, delfines, etc...ves, siempre haces algo por jodida que estés...aunque solo sea escribir en un blog para que hasta cuando estoy de viaje sepa de ti...

    Besos mogollón,
    Jesus

    A la India no te puedo llevar, pero lo de la túnica se puede arreglar

    ResponderEliminar